Historias reales para reflexionar…
“…Muchos días no como para que haya más comida para mis hijos”…
Jonh Eregae, una sonrisa eterna y un ejemplo de constancia, responsabilidad y agradecimiento.
Trabaja en la construcción desde las siete de la mañana a seis de la tarde bajo un sol abrasador y haciendo las tareas más duras:, sacar las piedras grandes con el pico y llevarlas fuera del terreno con la carretilla, levantar el cemento del suelo, etc…
Le cuesta llegar al trabajo 2 horas caminando desde su casa y aún así es el primero que llega y siempre con una sonrisa😃
Vive en Kachoda, su casa es una Manyatta (choza), su mujer murió y está al cuidado de sus cinco hijos, su hermana pequeña y su madre, que es quien le ayuda con los peques.
Cada día pide permiso al constructor para recoger lo que va encontrando por la obra, un trocito de cable, de cuerda, un plástico, trozos de valla metálica, y también nos pide a nosotras el cartón. Ayer nos contó que con todo esto va haciendo su casa pole pole y que sus hijos están muy contentos porque con los cartones ya no les entra tanto aire y pueden dormir un poquito mejor.
Aquí todo sirve porque todo lo reutilizan…
John, ¿y qué edad tienen tus hijos? Él sonríe, levanta los hombros 🤷🏾 y después me señala con la mano la altura que tiene cada uno de ellos.
John, ¿y tu edad? Mira al cielo y contesta:
– Creo que tengo 27 o 30, pero no estoy seguro.
Me cuenta que con su salario solo le alcanza para comer y va muy justo, pero que vive feliz y muy agradecido por el trabajo. Que para él es algo muy serio y debe hacerlo muy bien porque la comida de sus hijos sale de ahí… Y os aseguro que se nota lo importante que es para él el trabajo.
Nos cuenta que hay largas temporadas que no tiene trabajo y viven de lo que les dan… Hay muchos días que no come para que haya más comida para su familia.
Después de casi un mes aquí conociendo a John un poquito más, queremos que se una a nuestro equipo del Centro infantil y le hemos ofrecido el puesto de mantenimiento.
¡No se lo creía! ¿Sabéis cómo se emocionó al oírlo?
Lo primero que nos dijo fue:
– ¿Puedo traer a mis hijas pequeñas a este cole? Las cargaré cada mañana y cuando termine el trabajo volveremos los tres juntos a casa… (viven a dos horas).
Le hemos dicho un SÍ rotundo y no paraba de decir con una sonrisa, ejoknoi, ejoknoi, ejoknoi… (gracias, gracias, gracias en Turkana)
Jonh tendrá en el CEI Pole Pole Olabide un buen puesto de trabajo, con contrato y seguridad social para él y toda su familia, un buen sueldo que le permitirá una vida digna y el desayuno, almuerzo y comida totalmente cubiertas cada día…
Felices de tenerle porque lo que transmite Jonh es pura magia ✨