En el recuerdo…

Mama Fatuma… Nuestro punto de salida, aquí empieza el viaje de Amor Sin Barreras

En mi primer viaje a Kenia, en marzo de 2018, arrancó este viaje solidario… Fue entonces cuando vi y viví en primera persona la situación de los pequeños de este país. Un panorama desolador… dejadez, falta de alimentos, carencia de agua, dejadez hacia los niños… 

Tenía que hacer algo… No podía quedarme de brazos cruzados ante esa situación…

Hablé con uno de los chicos más mayores del orfanato Mamma Fatuma (Nairobi) y con él empecé nuestro transparente y eficaz sistema de colaboración, en el que se basa nuestra manera de llevar a cabo la cooperación desde España a Kenia. Así, una vez de vuelta, enviaba el dinero necesario para complementar la alimentación de los niños.

¿Y cómo lo hacía? Pues muy fácil, durante mi viaje había anotado los precios de todo y así pude crear una lista de compra real con su presupuesto

Yo hacía el envío de dinero con el importe exacto para cada lista de la compra y Hussein se encargaba de materializar esa ayuda. Hacía la compra, me enviaba los tickets de todo y además se encargaba de inmortalizar el momento más bonito: el reparto de los alimentos y los niños y niñas comiendo.

Estas imágenes de arriba son de esa primera fase, en la que los primeros envíos, que sólo daban para fruta, se convirtieron en una ayuda increíble consiguiendo que la dieta de los peque incluyera pescado, pollo, yogures…. 

Esto siguió su curso… Y nació Amor Sin Barreras.

En 2019 llegamos a Lamu, un destino que no te dejará indiferente

Desde el primer momento sabíamos que nuestra misión era alimentar aquellas sonrisas, las sonrisas de los peques de la escuelita Twashukuru en la isla de Lamu. Cuando conocimos aquel lugar, nuestro tren venía de hacer una parada confusa, y por ello nos dirigimos a un nuevo destino al que llevar ayuda. No habíamos tenido suerte en el anterior, pero eso no hizo que paráramos el tren. Teníamos claro que nuestra ayuda debía ir a un proyecto real, comprometido, transparente y con valores.

 ¡Y apareció la asociación One Day Yes!

Son una asociación que trabaja en una escuelita donde cincuenta peques tienen cubiertas el 75% de sus necesidades nutricionales diarias además de su educación. Estos niños han encontrado aquí su hogar, su familia, su oportunidad en la vida, su futuro y un espacio que les permite jugar, reír, llorar, correr, aprender, caer y levantarse.

Y esto seguía… El tren de Amor Sin Barreras… ¡Va siempre más allá!

Cuando nuestras estrellas iban cumpliendo años tenían que dejar la escuelita, y por lo tanto su alimentación, e ir al colegio para empezar primaria. Este era el caso de treinta estrellas donde la situación de sus familias era tan delicada que no tenían recursos económicos para alimentarles y mucho menos para pagar las tasas escolares, uniformes, material escolar, etc…

 Y entonces… ¿Qué pasaba con la alimentación que tenían en la escuelita? 

¡No te preocupes, esta fue la primera parada que hizo nuestro tren! Amor Sin barreras cubrió su educación y su alimentación. Cuando salían del cole paraban en la escuelita a comer y merendar, y así garantizábamos que seguían comiendo bien. La alimentación de los niños dio un cambio muy importante. Además de la ayuda económica, la Universidad CEU Cardenal Herrera desarrolló un proyecto de mejora para la alimentación de los niños. Así, el objetivo era cubrir las necesidades nutricionales de todos estos niños y niñas, para quienes en ocasiones la comida de la escuela era la única que tomaban al día.

¡Hicimos una gran labor y es una pasada compartir estos recuerdos contigo!

Y esto no acabó así… Porque cuando se inició la crisis sanitaria por la covid, Amor Sin Barreras siguió alimentando sonrisas. 

Las clases se suspendieron, pero junto a One Day Yes continuamos con nuestra labor, consiguiendo alimentar a 45 familias. Cada semana se entregaban packs con alimentos de primera necesidad e higiene básica. 

En la imagen de la derecha podemos ver uno de lo repartos. ¡Incluso en los momentos más difíciles… hemos llegado hasta las estrellas! Gracias por hacer que esto siga en marcha.

En 2020 arrancaba nuestro proyecto ‘Niños de la calle’ en Nairobi

Diez niños de la calle, diez supervivientes…

Una de las cosas que más me impactó en mi primer viaje como voluntaria a Kenia fue ver a los niños tirados en la calle… Sí, si has leído bien, TI-RA-DOS, abandonados a su suerte y sobreviviendo de rebuscar en la basura.

Sé que es fuerte leer esto pero es así: 

  • Sin un techo…
  • Sin comida…
  • Sin acceso a agua…
  • Sin asistencia médica…
  • Sin educación…
  • Sin cariño…y un largo etc.

Ante esta situación, en octubre de 2020, pusimos en marcha junto a Charlie, coordinador en terreno, un programa para 10 niños de la Calle, en este caso de Eastleigh en Nairobi. Este se llevó a cabo durante 6 meses en los que los 10 niños tuvieron cubiertas sus necesidades más básicas. Recibían cada día un plato de comida con postre, una ducha semanal y les compramos ropa y calzado.

Cuando lo intentas, pero te das cuenta de que no está en tu mano el cambio…

Este proyecto tenía prevista una segunda fase en la que los niños ya no dormirían en la calle. La idea era alquilar un piso para que tuvieran un techo. Posteriormente se contemplaba una tercera fase cuyo objetivo era que los niños más pequeños tuvieran acceso a la escuela y los más mayores asistieran a un centro de formación para aprender un oficio.

Ante la incertidumbre por llevar a cabo un proyecto de estas características, en Amor Sin Barreras nos dejamos asesorar por colectivos que tienen experiencia y llevan años en cooperación, incluso con programas con niños de la calle. Aquí nos topamos con varias situaciones que no podíamos controlar: los hábitos adquiridos por los chicos, la incertidumbre sobre cómo sería la convivencia junto a nuestro coordinador en terreno y entre ellos, hasta el importante problema de los niños con las drogas.

A veces no es fácil tomar decisiones… 

Con esto sobre la mesa, nos damos cuenta que lo que necesitan los chicos son profesionales y personas formadas en integración: educadores sociales, psicólogos, pedagogos… viviendo con ellos; y Amor Sin Barreras no cuenta con esos recursos.

En enero de 2021, el equipo de Amor Sin Barreras viaja a Kenia, y les propone a los niños cubrir su educación y formación en centros internos cuyos gastos y necesidades correrían a cargo de la ong. Ante esta propuesta, los niños más mayores no muestran interés y dos de los pequeños sí.

Y en medio de todo esto, los chicos reciben una oportunidad para salir de la calle. Fue durante el reparto de comida en la azotea en la que acostumbraban quedar con Charlie. Allí se acercó uno de los responsables de un centro que ayuda a chicos de la calle en Nairobi, llamado Don Bosco y apoyado por ONGs internacionales, para proponerles ir internos al centro. Los niños aceptan y van al centro. Amor Sin Barreras habla con el centro para que cualquier necesidad que surja, ASB estará para ayudarlos.

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